So, as I said quite a while, I wanted to do a fanfic on Pan's Labyrinth (El Laberinto del Fauno in Spanish). As the movie was Spanish-spoken, is just fair that my story is. It's one of my first tries at writing in Spanish.... hope you like it.
El Laberinto del Fauno
Del Derecho y del Revés
Moanna se despertó, jadeando, y la visión de su pieza oscura le llenó los ojos. En un mundo subterráneo no hay luna, y a pesar de la tenue luz que los hongos azules afuera de su ventana daban, bañando la habitación, estaba oscura. Lo suficiente como para que Moanna no se viera la piel enrojecida, y la única evidencia de que estaba viva fuera el escozor que la atormentaba por entero.
Moanna no le tenía miedo a la oscuridad. Era una princesa, la Princesa del Mundo Subterráneo, y se había acostumbrado al coraje. Un cuarto oscuro, por lo menos, ni se acercaba a asustarla. Lo que la asustaba esa noche, y lo que le había causado pesadillas, era el pasado.
Era valiente. No había como no serlo si, siendo apenas una niña, había vivido en carne los horrores de una guerra. Horrores que, aunque estuviera cientos de palmos bajo tierra, no podía olvidar. No había olvidado nada. No como la primera vez que había transitado entre dos mundos. Sabía quien había sido.
Le había costado mucho convencerse de que Ofelia ya no existía. Sin embargo, lo había conseguido, a medias, y por años su existencia mortal no la había molestado. Días y noches sin pensar en España se habían sucedido, cada vez con mas frecuencia, en los casi treinta año en el Reino.
No obstante, en los últimos días, un picor en la piel no la dejaba en paz. Se rascaba y rascaba, pero no bien desaparecía la molestia en una parte, aparecía poco después en otra. No había conseguido explicarse la razón del mal que la agobiaba. Hasta esa noche.
Sus pesadillas la habían llevado de vuelta a España, al mundo de la superficie. Su madre, Vidal y Mercedes habían vuelto como fantasmas a recordarle quién había sido. Y cuando había despertado, el picor, ahora en todo el cuerpo, la torturaba y la asustaba. Era Ofelia, intentando volver. Y Moanna lo sabía.
Un susurro por tras del dosel que cubría su cama la puso en alerta. Crispando los dedos, que envolvían la almohada, no supo si cubrirse la cara para no ver o gritar pidiendo compañía. No había más que hacerlo, y tendría más de treinta damas a su lado diciéndole que todo estaba bien. Era, sin embargo, una Princesa, y su vergüenza era mayor que su cobardía. Juntó aliento y habló.
- ¿Quién osa molestar a una Princesa en su sueño? – y, al mismo tiempo que hablaba, se enderezó, como para enfrentar al perpetrador. Hablar era como sacarse el miedo.
Una risa, infantil e inocente, respondió a su pregunta. Pasos descompasados recorrieron el frente de su cama, agitando las cortinas.
- ¿Princesa? – dijo una voz de niña, casi susurrando, pero Moanna entendió cada palabra. - ¿Es así como te haces llamar ahora?
Moanna se sintió molesta. Fura quién fuese, y sabía que era Ofelia, nadie tenía el derecho de decirle que no era una Princesa.
- No me hago llamar de nada. Es así que me llaman. Es mi derecho de nacimiento.
La risa esta vez fue amarga, como si la niña lamentara algo y viera ironía en la situación.
- ¿A, sí? Ya te han llamado de otras cosas antes.
La voz se acercó, y Moanna sintió que le hablaban al oído.
- Hija, te han dicho. Aunque aquí también tienes padres, ¿no?
Moanna se estremeció de terror, y la voz le habló en el otro oído.
- Niña, te han llamado. Una chiquilla a la que alguien tenía que cuidar, alimentar y lavar.
Moanna se levantó, tirando las sábanas a un lado, e hizo un ademán de correr hacia la puerta. Sus zapatos en la alfombra, sin embargo, la hicieron tropezar y caer. La voz vino de arriba esta vez, y hablaba con rabia.
- ¡Ofelia era tu nombre, y el que tanto has querido olvidar!
Moanna levantó los ojos, y vio a Ofelia parada enfrente de ella, con su vestido verde y sus zapatos lustrosos, el conjunto que se había arruinado al enfrentar al sapo.
Levantándose lentamente, Moanna no le sacó los ojos a la niña, intentando aguantar su mirada. La perforaba, claro, y le daba vueltas en la cabeza.
- Moanna, es ahora, y es el que siempre tuve. Antes de ser ti, Ofelia, yo ya era Princesa de este mundo.
Ofelia se acomodó la cinta verde que llevaba en el pelo, y se aproximo a la cama, sentándose. Sus pies no llegaban al suelo, su cuerpo entero tenía un aura fantasmal.
- Eso es discutible, Moanna – dijo, enfatizando burlonamente el nombre – A mí nadie me pregunto si quería que me encarnara una Princesa, ¿o sí? Y cuando me mataron, tú puedes haber venido aquí a reinar en felicidad, pero yo me quedé allá arriba, muerta, en las manos de Mercedes, que me vino a ver. Y así estoy ahora, muerta, sin encontrar descanso, vagando por el mundo.
Moanna tuvo un momento de compasión, y se sentó al lado de la chiquilla.
- ¿Qué quieres de mí entonces, Ofelia? No te puedo dar la vida de vuelta.
Ofelia ocultó su cara entre las manos, como si supiera muy bien de lo que le hablaran, y esto la atormentara. Cuando apartó las manos, sus ojos estaban llorosos.
- No, no puedes dármela, Moanna, pero si me la quitaste. Si yo hubiera sido simplemente Ofelia, no hubiera muerto. Fue haciendo tus tontas pruebas de Princesa que me morí. Y ahora me tienes que pagar.
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I hope you understood it, and, more over, liked it. I'll post at least one follow up.
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